Soñadores muchos, ejecutores pocos

Algunos no tienen idea que hay una gran diferencia entre tener ideas y ser emprendedor. Es claro que ser creativo y tener ideas no implica necesariamente que uno sea un emprendedor.

Para el emprendedor la habilidad de generar ideas está en su esencia. Las ideas son, sin duda, la energía que les da vida y son ellas las que ante el fracaso le darán la fuerza para levantarse y seguir soñando. 

Aunque no estoy tan seguro que los emprendedores reconozcan en todo momento la distancia que existe entre tener una idea y que la misma se convierta en algo ejecutable. Algunos no tienen idea que hay una gran diferencia entre tener ideas y ser emprendedor.

Es claro que ser creativo y tener ideas no implica necesariamente que uno sea un emprendedor. El verdadero emprendedor tiene que concientizar que no todas sus ideas se podrán concretar y que son muy pocas las que finalmente valdrá la pena impulsar.

Algunos puntos que sería interesante revisar en ese momento de euforia emprendedora que yo recomiendo, son los siguientes:

1. Comprender que por más que las ideas afloren, deberá ser capaz de ponerles freno, reprimir el impulso de emprender ante la emoción de la primera idea.

2. Concientizar que las ideas con potencial no son las primeras que nacen; por el contrario, las ideas con potencial suelen ser aquellas que comienzan a surgir luego de atravesar un riguroso proceso de selección y validación.

3. Entender que éstas ideas se van transformando como resultado del abierto intercambio grupal o de pares, y un arduo proceso de identificación de posibles clientes que nos permitan validar su potencial.

4. Y finalmente si finalizado este proceso, la idea aún sobrevive y sobre todo, si sigue despertando la suficiente pasión en el emprendedor, podremos decir que se ha encontrado una idea con verdadero potencial emprendedor.

Es fácil caer en la falacia a sobrevalorar las ideas: ¿quién vende pan frío?”, llevando al emprendedor a custodiarla celosamente, limitando el potencial de crecimiento de su propio emprendimiento, mientras que seguramente en ese mismo momento habrá otro entusiasta que trabajando en “RED” estará impulsando alguna idea similar mejor estructurada y mejor validada.

Por último seguiré repitiendo lo que siempre transmito en los cursos de innovación y estrategia: “Tener claro que una idea de negocio o de innovación logra el éxito sólo en la posibilidad de lograr agregar valor diferenciado y de satisfacer adecuadamente la necesidad del clientes al usar un producto o servicio, y que ésta necesidad llega más allá de la satisfacción funcional con tonos de satisfacciones personales y sociales”.

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